Ya es 23 de mayo. Ayer habló el presidente (“Resumen del mensaje de Martín Vizcarra”, 2020). Fue un discurso contundente, dentro de su conocida tranquilidad y pausa para expresarse. ¿Es válido sentirse orgulloso de un presidente en Perú, o uno debe mantenerse siempre ajeno? ¿Ahora soy vizcarrista? He apoyado esta gestión desde que le plantó cara a la señora K y la corrupción, allá por julio de 2018. Vizcarra es la verdadera continuación de Paniagua, al menos, hasta el momento*. ¿Y qué es lo que dijo? Ya no un par más, sino poco más de un cuarto de caja. Alguna vez, en una de nuestras siempre presentes conversaciones de almuerzo, se señaló lo bueno que era tener un presidente que priorice la salud por encima de la economía. No podría estar más de acuerdo. La economía siempre podrá recuperarse si se trata con responsabilidad. La salud resulta ser un asunto más crítico, de impacto más rápido en la vida de las personas, y muchas veces irreversible.
Sin el confinamiento hasta el 30 de junio, el país se iba a poner en un gran riesgo, y esta vez con mayor velocidad, ya que la capacidad ocupada de los servicios de salud parece fluctuar constantemente alrededor de sus límites en estos días. Entonces, sin duda, es un mes más para seguir consolidando las prácticas emprendidas en este nuevo estilo de vida que hemos creado. Y no solo eso, sino un mayor aprendizaje sobre cada uno de los aspectos relacionados con el virus. ¿Cuánto realmente dura en cada superficie? ¿Cuánta potencia pierde al trasladarse entre estas? ¿Cómo finalmente debemos lavar nuestros vegetales y frutas? ¿Es necesario dejar los zapatos si ya los desinfectaste al entrar? ¿Hay que seguir creyendo que, por el aire, debido a un mal viento, el virus nos puede llegar?
Un mes más, en definitiva, es clave. Tiene que ser un mes de consolidación, y no uno equivocadamente asumido como la continuidad de un descanso. Yo no sé cómo va a ser el mundo que se viene a partir de julio. Hace poco leí un artículo de Padura (2020) donde se mostraba claro en que, aunque queramos tener la postura más positiva, lo que venga va a ser diferente y no hay vuelta atrás. ¿Con qué seguridad entrarías a un pogo en un concierto de heavy metal? ¿De qué manera se burocratizarán los deportes a nivel profesional? ¿Estarán nuestras mentes tan sometidas al virus posible que se nos dificultará el disfrutar de cuestiones cuyo sentido podría cuestionarse en la pospandemia? Es como decir, ¿para qué voy a idolatrar a un Messi si primero debo concentrarme en la salud? Es más, ahora que el pensamiento se enfoca en la propia subsistencia, “¿quién es Messi?” ¿Qué pasará con el saludo de manos, tan frecuente entre latinoamericanos, fuente de conexión y confianza? Y, como señala Padura, ¿qué pasará con el saludo de beso? (Bueno, eso de por sí ya andaba muriendo debido a los avances de las interpretaciones desde el feminismo.)
Referencias bibliográficas
Padura, L. (2020). El mundo de ayer. El País. Recuperada de https://elpais.com/elpais/2020/04/24/opinion/1587716534_407727.html
Resumen del mensaje de Martín Vizcarra hoy 22 de mayo: medidas, acciones y reporte coronavirus COVID-19. (2020, 22 de mayo). La República. Recuperada de https://larepublica.pe/politica/2020/05/22/resumen-del-mensaje-de-martin-vizcarra-hoy-22-de-mayo-medidas-acciones-y-reporte-coronavirus-covid-19-ampliacion-de-cuarentena-y-estado-de-emergencia/
*Vizcarra ha debido superar un proceso de vacancia presidencial en setiembre por un burdo asunto que está bajo investigación. Se ha iniciado, en octubre, un segundo proceso de vacancia, el cual se estará resolviendo en los siguientes días. La investigación, esta vez, está relacionada con presuntos sobornos que recibió el Presidente cuando era gobernador regional de Moquegua (del 2011 al 2014) en al menos una gran obra de construcción. Ambos procesos se dan en el marco de fuerzas en el poder legislativo a quienes no les conviene que Vizcarra se mantenga en el poder, debido a que las reformas políticas que ha impulsado el Presidente perjudican los intereses personales que poseen los congresistas que integran dichas fuerzas. Se percibe una necesidad de «eliminar» a Vizcarra para tomar el poder desde el Congreso con miras a, en principio, modificar o proponer un marco legislativo para alargar su periodo de gestión, que constitucionalmente dura hasta el 28 de julio de 2021, con nuevas elecciones a realizarse el 11 de abril de dicho año y donde los congresistas actuales están impedidos de postular (está implementada en Perú la no reelección inmediata).
En este sentido, no solo las investigaciones deben llevarse a cabo en el ámbito penal y no constitucional (con la consecuente lógica de que, primero, antes de cualquier decisión o incluso juicio moral, se requeriría el resultado con el fin de honrar la presunción de inocencia), sino que las oportunidades en que aparecen nuevas «pruebas» de supuestas acciones corruptas (como una foto graciosamente trucada que incluso ciertos medios que se dicen serios pusieron en cuestión) no son más que una estrategia incansable de personas que buscan destruir la democracia y la institucionalidad con fines de asentarse en el poder y dar carta libre a las contactos y negocios ligados a ellas para que «hagan y deshagan» a discreción. Indudablemente, las investigaciones deben llevarse a cabo sin ninguna interferencia para llegar a la verdad de los hechos, una situación en la que Vizcarra se muestra seguro sobre lo sucedido y las acciones que llevó y no llevó a cabo. No obstante, la población no debe olvidar quiénes conforman esa escoria nacional que tiene curules en el Congreso, que solo existe para derribar lo alcanzado en el país, y así no les vuelvan a dar, ni a ellos ni a sus partidos, una nueva oportunidad mediante sus votos nunca más.
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