Una de las experiencias más lindas que me pasaron un día de cumpleaños fue cuando llegué a 31, el año pasado. Había decidido no quedarme en casa, como siempre he solido hacer, sino ir a recorrer la montaña. Justo la fecha caía un domingo y, aquella vez, fui con la Red de Montañistas de Lima a subir la montaña Milpo Norte, partiendo desde Tablachaca.
Sol en todo su esplendor. Espectacular la ruta, llena de colores y de superficies diversas. Ya contaré más detalles en la publicación que realice dedicada a este viaje. Aquella vez, luego de haber estado un rato en la cumbre, nos dimos un descanso final entre amigos antes de bajar. Les comenté allí que era mi cumpleaños y me saludaron efusivamente.
Ya de retorno a Lima, vi que mi perfil de Facebook estaba lleno de saludos, y algunas personas me habían escrito por interno también. Como suelo hacer, respondo cada uno de los mensajes, entre los que se encontraba uno de mi muy querida amiga Fátima. Sin embargo, no sería el único saludo que me daría.
De repente, me encontré con una publicación en el Facebook de Pasito a Paso, su colectivo de apoyo social a través de múltiples formas de arte, donde apareció una foto mía con el siguiente mensaje:

«Hoy es un día muy especial, es el cumpleaños de uno de nuestros principales directores; Janis!; te deseamos mucho amor y alegría en este día y todos los que vienen . Ama la naturaleza y la montaña. Un alma libre y un corazón de oro.»
No podía yo estar más feliz. No solo por la belleza de su gesto, sino por la confianza que me expresaba a través del mensaje. No sé si la foto se mantendrá para siempre allí, pero es un detalle que no olvidaré.
Ya después regresé a casa. Mi familia me había guardado pizza, que comí solo por la hora a la que llegué. Antes, me había saludado cada miembro de ella.
Y así pasó aquel 24 de abril.
