La primera vez que estuve en una presentación en vivo fue en quinto de secundaria, el 2001. En mi escuela, había un tipo de evento al que se le llamaba “actuación”, el cual se llevaba a cabo en determinadas fechas cada año, en conmemoración de otras fechas importantes, como el Día de la Madre y el Día del Padre, por ejemplo. En días de actuación, o bien no había clases, o bien solo se dictaban hasta cierta hora. Asimismo, en dichos días, se desarrollaba una programación detallada de presentaciones en las que, principalmente, la participación era del alumnado, el cual, con anticipación, practicaba y se entrenaba para los números que iban a mostrar.
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