El 27 de noviembre del año pasado, como parte del IV Encuentro Internacional del LUM (Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social), llamado “Memorias Latinoamericanas: realidades, avances y desafíos”, fui con mi pareja a ver la obra Antígona, de Sófocles, en una versión elaborada por la organización cultural Yuyachkani, que también presentó las obras Adiós, Ayacucho y Cartas de Chimbote en días distintos. La información sobre las obras la comparto escaneada del folleto que nos entregaron, empezando por Antígona.

Se trató, como han podido ver, de un unipersonal. No sé si haya visto actuar a Teresa Ralli en alguna ocasión anterior, no lo recuerdo ahora. Sin embargo, en esta obra, se “comió” completamente el escenario. Cuando tienes la oportunidad de ver un trabajo tan bueno, indefectiblemente, quedas maravillado, especialmente si haces sintonía con el contenido.
La categoría de Ralli es de absoluto primer nivel. Con sus voces diversas, su desplazamiento, sus posturas, sus caminares adecuados a los personajes, la perfecta maniobra de esta especie de gran “bufanda” antigua para ser una u otra persona, y su entonación, hizo del unipersonal no solo una clase maestra de actuación, sino un concepto que, si esa categoría teatral no hubiera existido nunca, tendría que haber sido admitida inmediatamente en el espectro.
Aplausos. Aplausos, por favor, y de pie.
Sobre la obra, eso sí, es difícil cimentar la conexión de la historia con la realidad peruana (u otra) cuando se mantienen los mismos nombres griegos (o de “tipo” griego). Sin embargo, fue la apuesta de Yuyachkani y le doy mi soporte.
Fue la tercera obra de dicha agrupación que vi con mi pareja. Amé haber estado a su lado para la experiencia y espero vengan muchas más. Veremos qué nos trae Yuyachkani para este año.
Otras obras
Adiós, Ayacucho (26/11)

Cartas de Chimbote (28/11)
