Es hora de aspirar a lo más alto. La vida no puede ser más hermosa de lo que es ahora, con sus altos y bajos, con sus tristezas y alegrías. Aún queda mucho por escalar. ¿Ves esa noche a través de la ventana? El cielo azul brinda una tranquilidad y una motivación latente. Los autos pasan por allí debajo, y personas se dirigen a mil destinos. En tu mente vienes dibujando lo que será la siguiente parte de tu vida. Sin embargo, te preocupa. Lo sé. Te preocupa que no puedas entrar en ella cuando lo esperas, o que la entrada sea no exenta de dificultades. Has estado mucho tiempo de para, y ello es un problema. Pero sabes que puedes dar un giro a tu mente. Ese giro está sustentado en un fuego muy fuerte que cada vez se enciende más en tu corazón. Lo sientes, lo sientes cada vez más. Es la seguridad de reserva que guardas en ti mismo/a para salir y devorar todo reto que se presente frente a ti.
Lo quieres hacer, lo deseas hacer. A este punto, has aprendido que ahora puedes andar solo/a y que no hay soportes más grandes que tu familia y tus amistades. Pero, al final, eres tú quien se para sobre sus pies en la intemperie. No flaqueas, pero sientes que eres tú quien debe atravesar el camino entre una mezcla de emoción y ansiedad. Y lo haces, mientras la lluvia va cayendo sobre tu rostro. Y de repente, por medio de un proceso mental, vuelves a tu estado real. Parado/a en una habitación, en lo alto de un edificio, contemplando la ciudad de noche, con la mano apoyada en la luna. No hay nadie allí y las luces están apagadas. Eres solo tú y tus pensamientos. Nada te va a detener. Tan solo debes tener el valor suficiente de iniciar, de dar el primer paso. Eso, como comprobarás, suele ser el paso más difícil, lo único que depende de ti. Lo demás, depende del mundo, y allí, indudablemente, sentirás la libertad automática de ser tú mismo/a. Y las sombras quedarán atrás, como dice la canción.
Es hora, es hora de dar ese paso. Donde quiera que estés, tendrás un amigo aquí. Así que tranquilo/a. Veremos siempre la manera de resolver. Adelante.
Un buhíto en la montaña 