¿Quién realmente sabe a dónde nos hará parar el destino? Ciertamente, vivimos en una conjunción de infinitas fuerzas de la más variada índole a partir de la cual extraemos resultados cada vez. Y caminas y caminas, y experimentas y experimentas, y tropiezas y tropiezas, y meditas y meditas. Conoces personas increíbles y otras no tanto. Conoces lugares increíbles y otros no tanto. Vivimos en un mar de revoluciones, pero es justamente pasar a través de ellas lo que hace tan excitante la vida. Es como entrar al torbellino por el propio gusto de hacerlo, y luego salir de él y respirar un aire fantástico, pero después perderte en el siguiente nuevamente. Esa es la vida. O, mejor dicho, esa es la vida que quiero tener. Porque cada momento puede ser increíble. Porque cada día cuenta, y cada minuto también.
En la foto, camino a Coropuna, 6425 m s. n. m., cumbre más alta del Perú después de Huascarán Sur (6768), Huascarán Norte (6655) y Yerupajá (6634), el 1 de julio de 2016, en una expedición fallida. Nos volveremos a encontrar, te lo prometo.
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