Han pasado meses y el deseo de volver a escribir me crece cada vez más. Por motivos de agenda, no he podido regresar; sin embargo, ahora sé mucho mejor, luego de todos estos años, cuál es el ritmo que sinceramente puedo tener. En principio, ya no cabe pensar en cantidades de publicaciones anuales (es más, nunca cumplí; y es que no se puede escribir por escribir).
La agenda sigue recargada, de eso no hay duda. No obstante, puedo comentar que, finalmente, he empezado la reforma total de mi sitio web. Siempre, en WordPress. Digamos que me he hecho «cliente fiel» (al menos, me mantengo por ahora). He visto que, en todo este tiempo, he seguido ganando seguidores en el blog, aunque los últimos que llegaron se han encontrado con un blog muerto. Pues, la verdad es que no está muerto, sino que ¡estaba de parranda! (¿A que también has escuchado ese dicho mexicano?).
Debo decirles no solo a ellos, sino a todos, que aún tendrán que esperarme (si lo desean, claro está) un par de meses más. Estoy trabajando en una reestructuración en donde, si bien no se va a perder ninguna publicación (bueno, en realidad, algunas sí, pero ninguna que afecte las líneas de historia; estaré comentando más al respecto más adelante), sí pronostico que se va a ver -y entender- de manera bastante diferente de lo que ha sido hasta ahora. Además, no necesariamente aparecerán todas mis publicaciones «de un solo porrazo» (me refiero a un golpe de porra, no a un «porro», para aclarar a mis lectores de otros países que no conozcan esa expresión), sino que las iré agregando poco a poco para tener mayor certeza sobre en qué lugar van mejor y facilitar su manejo.
Es posible que efectúe revisiones sobre algunas publicaciones, no para modificar su mensaje, sino el cómo está redactado, de ser necesario. Quien soy ahora no escribe igual que quien fui hace años (y de paso corregiría algún que otro error no detectado antes). Asimismo, podría agregar introducciones a ciertas publicaciones para dejar en claro que no necesariamente lo expresado allí me sigue representando (por supuesto, lo hizo en el momento que lo escribí, pero muchas cosas han cambiado ya, como es natural, y no deseo que mis lectores se vayan a confundir).
El nuevo modelo del blog será visto una vez que lo tenga listo (al menos, una primera versión del nuevo modelo). Es decir, lo lanzaré una vez que tenga una estructura y diseño desde los cuales empezar a agregar poco a poco mis publicaciones previas (revisadas o no) y mis nuevas publicaciones.
Mi último anuncio, quizás el más importante luego del aquel sobre el cambio de modelo, es que estoy pensando seriamente en replantear el nombre del sitio. La idea de «de montañas y viajes» ha llegado a un punto en que no refleja la totalidad de lo que deseo contar. En algún momento, intenté darle un mayor significado a la palabra «viajes», en el sentido de no solo encontrarme físicamente en otro lugar, sino referirme a una experiencia diversa que puede interpretarse como un «viaje por la vida», pero ese sentido es muy romántico y ya se percibe demasiado forzado.
Indudablemente, la montaña queda, pero el resto estará por verse.