Ghost in the moon

El punto llegó en que extrañaba demasiado seguir escribiendo en este medio, mi querido blog.

Hace unos minutos ha empezado recién mayo, Día del Trabajador, así que muchos por estos lares estarán de descanso. Pero no todos, y eso podría ser una lástima por diversas razones; sin embargo, no es momento para pensar en el tema.

Mientras he empezado a escribir estas palabras, acompaño el espacio con el sonido del último álbum de Avantasia, una de mis bandas favoritas, llamado Moonglow. Tobias Sammet, su líder, tiene una capacidad impresionante para componer, disco tras disco, música fantástica.

Recientemente he terminado de calificar más de 80 cuadernillos de práctica de un curso de la universidad en el que soy Jefe de Práctica. Ha sido una labor tediosa. Innecesariamente a mi parecer, se cambió este semestre académico la distribución de las calificaciones entre horarios, así que un conjunto de JP estamos teniendo que calificar prácticas adicionales a las de los horarios donde efectuamos nuestra labor de asesoría; aunque la cuarta práctica la calificarán únicamente los JP de uno de los horarios (que no forman parte de dicho conjunto) para todos los horarios (es decir, unos 160 cuadernillos aproximadamente). Llegaré a hablar más sobre el tema en su debido momento, ya que creo conocer la razón por la cual se tomó esta decisión.

Lo que se desprende de lo anterior es que, efectivamente, regresé a las jefaturas de práctica luego de haberme despedido en una publicación en este blog. La última vez había sido en el semestre académico 2017-2, y realmente me había sido difícil llevarla a cabo, ya que la hora de dictado y la distancia desde mi trabajo principal de aquel entonces, al cual renuncié en febrero de 2018, lo hacía bastante complicado. Había tenido cierta visión de que me mantendría en esa empresa por más tiempo y, de allí, continuaría en ese mundo, el empresarial, pero ciertas circunstancias insostenibles me llevaron a renunciar, después de lo cual tomé un largo descanso. Retomé la jefatura de práctica el 2018-2; no obstante, el presente semestre, el 2019-1, podría volver a ser «un último». Deberé meditar al respecto. En cambio, estoy disfrutando bastante del trabajo principal en que me encuentro actualmente, aunque la proyección económica que me ofrece es mínima. Aún así, estoy rearmando mi administración personal para buscar dar un salto en el futuro no lejano. (No cometo una infidencia, ya que esto ya lo he conversado con mi jefe y lo ha entendido.)

Hasta el 10 de mayo debo presentar el artículo académico que representa el cierre de la especialización que estoy cursando en políticas públicas. Mi análisis ha sido el impacto de la corrupción en la democracia peruana, básicamente, durante el 2018. Ahh, el Perú. Dejando de lado lo triste de la situación, la política peruana se ha constituido en un más que emocionante thriller. Es otro de los aspectos de los que me gustará escribir bastante por aquí. Por el momento, lo he hecho durante mi participación en los foros de la especialización y ahora en el artículo. Envío un agradecimiento al diario La República, que ha conformado mi principal fuente de información para estar al tanto de las idas y venidas de la coyuntura actual peruana en general.

En febrero y marzo, estuve asistiendo bastante al teatro y a producciones cinematográficas peruanas, pero en abril me detuve. Ahora, desde este viernes, retorno a las obras que despiertan mi mayor interés de las que están en temporada. Al menos, ese es mi objetivo. Y en cine, veremos qué se presenta en el camino. Por lo pronto, ya se viene Retablo, una película aún no estrenada de forma regular en las salas peruanas, pero que se ha presentado en festivales internacionales y ha sido reconocida. Y debo prepararme también para retornar al deporte de forma regular; dejar lo esporádico de lado. Es más, este primero de mayo pienso hacer alguna rutina que me satisfaga.

No podría estar más feliz, además, por estar compartiendo momentos hermosos con una hermosa mujer, con quien he formado una relación muy sana y llena de proyección, reciprocidad, cariño, confianza y alegría. Llegará el momento en que empiece a contar la historia desde el día en que la conocí.

Ahora, ya van quedando unas cinco canciones para que acabe el disco, y sé que debo ser responsable con mis horas de sueño. Aunque, a esta edad (recientemente he cumplido 34), eso solo puede darse como una ilusión con la que me engaño a mí mismo vez tras vez. «Ahora sí, dormiré temprano para aprovechar mejor el feriado», y aquí estoy, cerca de la 1 a. m., retomando la escritura en mi blog, el cual, por cierto, he empezado a remodelar: tipos de letra, foto de portada, diseño de portada y arreglos de widgets. Lo que se viene es un estudio detallado de la estructura y contenido de las categorías del amplio índice que he ido construyendo, y, consecuentemente, actualizarlo y reordenar publicaciones según sea necesario. Hay mucho que ha quedado por hacer y nuevas ideas que han surgido. Es una labor de transformación continua.

Ahora, es momento de decir adiós. Gracias por recibirme una vez más con tu lectura. Si es tu primera vez aquí, pues espero que encuentres mi trabajo interesante. Si no lo es, pues ya conoces lo que hago y, de la misma manera, espero que la pases muy bien por estos salones.

Estaremos en contacto.


Foto de portada: Pexels.

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