La canción que me fue dedicada

Ella me dijo que me dedicaba esta canción, aunque no era el estilo de música que yo escuchaba. Sin embargo, esa apreciación es solo parcialmente cierta. Pienso que, cuando a uno le preguntan qué música escucha, uno trae a su mente el género musical con el que se identifica, o el género que escucha en mayor cantidad, o el género que suele escuchar. O puede ser en plural también (los géneros). Pero, por lo general, no estamos con la mente cerrada a apreciar otros tipos de música. Es decir, decir que escuchamos un género específico no quiere decir que consideremos a otros géneros de alguna manera no favorable.

Habiendo dicho esto, mi preferencia e identificación está por el heavy metal, con especial énfasis en subgéneros como el clásico, power, speed, thrash, progresivo, sinfónico, instrumental y combinaciones y fusiones con otros ritmos. Asimismo, el rock duro, como el de ACDC, es parte importante de lo que acompaña mi vida. No obstante, la música sinfónica clásica me parece fenomenal y la escucho con mucho gusto. Una de mis salidas favoritas es, justamente, ir al Gran Teatro Nacional a ver a la Orquesta Sinfónica Nacional. En esa misma línea, disfruto con la ópera. Juan Diego Flórez es, en ese sentido, una de las voces más fantásticas que he conocido. Por otro lado, el jazz despierta mi lado bohemio y es muy estimulante, y el blues también tiene su legado dentro de las sensaciones placenteras.

Y hay más. Es decir, también disfruto de determinados y determinadas artistas, o de canciones en específico, y tengo en buena consideración a ciertos y ciertas artistas. Por ejemplo, alguien a quien escucho con orgullo peruano es Lucho Quequezana, quien compone una forma de folclore moderno multi-instrumental. Asimismo, si pienso en canciones, una que guardo con mucho cariño es «Si el poeta eres tú» de Pablo Milanés, dedicada al Che Guevara. Y, si pienso en artistas que respeto, aunque no haya solido escuchar su música, puedo mencionar a la mujer que protagoniza el video que he compartido al inicio, Natalia Lafourcade. Sin duda, tan solo a la primera reproducción, esa canción ha pasado a ser una que tendré en mi memoria (es decir, aparte de por la dedicatoria).

Y es así. Es decir, la letra, la dulzura de su voz, el ritmo tan envolvente, ese sonido latinoamericano, esa pasión latina proyectada en el video, son aspectos que han captado mi mente. Dirás, seguro, que mi gusto está influenciado por los sentimientos que guardo hacia la persona que me la dedicó, y no podré negarlo, al igual que no se puede negar que, incluso en la investigación más «metodológicamente científica», la subjetividad del investigador o investigadora no se hace a un lado jamás al cien por ciento. No es algo posible, ¿entiendes? Sin embargo, puedes confiar en que, lo que he escrito aquí, es lo que pienso y sí, gusto de esta canción y la aprecio bastante.

Un abrazo inmenso para ella.

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