El buen recuerdo

Aún espero el claro donde pueda vislumbrar mi destino futuro. Lo espero con calma. Me encanta respirar el aire que contiene pensamientos flotantes de imágenes de los lugares que he conocido, estando con los ojos cerrados, saboreando un horizonte posible en que podría estar allí de nuevo, y más allá, expandiendo mi conocimiento, de la vida y el mundo, a través de una experiencia en primera persona.

La buena memoria lo limpia todo. No me refiero a la capacidad física, mágica, de recordar, sino a la existencia de los buenos recuerdos. Su presencia purga del óxido a nuestras mentes, las cuales, naturalmente, son afectadas por las secuelas, conscientes e inconscientes, de las experiencias difíciles y los malos recuerdos, y de las tensiones y ansiedades del día a día.

Tal desbalance, entre lo bueno y lo malo, es parte de la vida, por lo que la mente requiere, y le es posible, purificarse. Ahora sí entenderás cuando digo que la buena memoria lo limpia todo, ya que proporciona luz sobre nuestro mundo de pensamiento, incluyendo sus profundidades.

Ahora que estamos viviendo el día de Navidad (para quienes aceptamos y respetamos esta institución mundial), pienso en todo el amor que termina estando asociado a un buen recuerdo. Un amor que tiene, por supuesto, distintas formas de manifestarse y sentirse. Ha sido un año lleno de recuerdos, y recuerdos maravillosos, que me colman de felicidad cuando hago un repaso de lo vivido.

Y ha sido también un año intenso. Lo que resulta magnífico, inolvidable, usualmente está precedido de un gran esfuerzo; es por ello que la satisfacción suscitada termina siendo tan envolvente. He decidido adoptar el reto constante que me significa esta vida que deseo vivir, y sé que aún puedo hacer mucho más y seguir mejorando como persona. Seguir creciendo.

Con esta calma y la felicidad de encontrarme en casa, preparándome para partir nuevamente hacia aventuras y sueños que los imagino esperándome, etéreos, en el horizonte, te deseo una Navidad llena de felicidad y buenos recuerdos. Y, si no la celebras, unas fiestas de fin de año muy, muy buenas.

Parafraseando el título de una canción de mi banda favorita, estaremos de aquí hasta la eternidad.

¿Todo bien?