Dibujo imágenes tuyas en mi mente. Hoy es un día especial, y sé que no esperas lo que estoy por hacer. No lo esperas, pero es siempre tu calma la que se coloca sobre cualquier situación; una calma silente, reflexiva, sin manifestación o asertiva. Por mi parte, he estado tratando de entender la naturaleza de los detalles del cotidiano, creyendo que tenían algo para decirme. Quizás mi mente los creó tan solo para engañarme y hacerme sentir que tenía algún lugar a dónde ir.
He creído que subir hasta el punto más alto podía representar una puerta, pero tu entendimiento trasciende esos planos, y desde ese entendimiento me permites a la vez trascender. He estado andando por caminos tortuosos; nada más tortuoso como tener la mente atrapada, la razón aplastada, el sentimiento dañado. Dos veces es más que suficiente. Tú devolviste la normalidad a mi vida, en un mundo donde lo normal se limita a lo promedio o a lo políticamente impuesto, y la verdad es que lo normal solo existe en la estadística.
Lo normal, para mí, es la formación de una postura frente a la vida e ir según ella, siguiendo tras los propios ideales, que he recuperado. Sentarme a tu lado y conversar, sentir tu presencia a mi lado, sin una pizca de tensión y con plena confianza de que el mundo también puede tener esa escucha activa, de que no nos es imposible salir de un caos donde eres sentenciado por nada, y que, más bien, eso es lo no-normal, ¡esporádico estadísticamente!, es completamente pacificador con uno mismo y el entorno. Así sí es posible tener una vida.
No te conozco de ahora. Me impresionaste la primera vez que te vi y lo sigues haciendo hasta el día de hoy. Sin embargo, hay un juego en donde solo puedo perder, porque nada es más contundente que una ausencia bajo decisión, o una frialdad intelectual. Quizás sea la manera en que deben ser las cosas, y ya lo he aprendido. Cada momento ha valido la pena, incluso intentos de comunicación caídos en vacío, porque sé que has estado allí, siempre. No quedaré solo ni aislado, siguiendo la canción, pero, de la misma manera, quizás tampoco sea la persona sobre la que puedas recostar tu ser en descanso.
He tenido la comprensión del momento en que debo mirarte y decirte gracias, ya que tu sinceridad silenciosa y breve exigen el máximo respeto. Y ahora que espero verte, espero también que, si te encuentro, puedas tomarte un café o un vino conmigo. Algo podrá obtenerse de un nuevo compartir de visiones y perspectivas, de un compartir de experiencias y planes o deseos. De un fuerte abrazo y beso mutuos, que quizás se conviertan en una nueva despedida.
Sabes que te quiero mucho.
Feliz cumpleaños.
Janis
Notas
Imagen antes del texto: extracto de portada del álbum Angel of Babylon de Avantasia
Letras: extractos de canción «Blowing Out the Flame», de dicho álbum
Hermosa publicación.
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Muchas gracias, Maru. Ella es alguien muy especial para mí. Lamentablemente, hemos tenido un alejamiento muy fuerte en nuestra amistad. Espero poder volver a verla algún día. Gracias por leerme.
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