Palabras

Con «¿Alguna vez te has enfrentado a la pregunta sobre quién eres tú?» empecé, hace mucho, el texto de esta página del blog. Ahora que lo actualizo, siendo 21 de diciembre de 2025, puedo aportar una reflexión adicional. En aquella ocasión, me refería a que somos el resultado de todas las decisiones tomadas y experiencias vividas, pero eso, en realidad, es como no decir nada. La responsabilidad también recae sobre quien plantea la pregunta: «¿Quién eres tú?» es muy general y no establece un marco desde el cual definirse. Frente a ello, se hace muy fácil que las personas consultadas asuman la carga de la respuesta de manera conservadora. Es muy común escuchar, por ejemplo, la profesión estudiada y el puesto de trabajo. Sin embargo, bien cabría devolver una nueva interrogante: «¿Desde qué aspecto deseas que me defina?». O que «intente definirme».

Dado que los humanos somos un mundo de complejidad, con un espectro que va desde las profundidades de nuestra mente hasta nuestros pensamientos más cristalinos, el cual influye sobre cómo vivimos y sobre cómo, a su vez, somos influidos por los acontecimientos que nos rodean, tal tarea de definirnos no es poca cosa y se requiere una o más delimitaciones. El contexto donde se plantea la pregunta es una buena guía para decidirnos por una respuesta. Si surge, por ejemplo, en una entrevista laboral, no sé qué tan útil sea para el entrevistador, o para la imagen que queramos proyectar, decir que somos alguien a quien le gusta la leche con café acompañada de pan con manjar blanco.

En la versión anterior de este texto, había concluido diciendo que soy «un tipo al que le gusta escribir historias y pensamientos». Sin duda, eso no ha cambiado. Pero, en este momento de mi vida, con un mucho mayor conocimiento de mí mismo que cuando inicié este blog, debo agregar que es a pesar de que no se refleje tanto en mi frecuencia de publicación.

Aun así, descuida: pienso continuar con esto. Espero llegar algún día al punto en que me sienta satisfecho.

Un gran abrazo.

J. A. M. M.

¿Todo bien?